El caprilismo

Coronalibros 9 – Manifiesto redneck


Cuando Donald Trump ganó la presidencia de Estados Unidos en 2016, periodistas e intelectuales se dedicaron a preguntarse "¿por qué?". Dos líneas guiaron las respuestas: por un lado, el manejo de las redes sociales y el big data para engatusar a la gente para que votara por un loco mentiroso; y por el otro, la existencia de una inmensa población pobre que se ha visto excluida del "progreso" neoliberal globalizador y que reaccionó a un discurso que los reflejaba y reivindicaba. Por supuesto, el debate político mediático se enfrascó en la primera explicación y despreció la segunda.

Manifiesto redneck, de Jim Goad, es un ensayo subjetivo, hecho en lenguaje crudo y honesto, que muestra el sentimiento de esa clase de estadounidenses obreros y campesinos que vieron cómo el "sueño americano" se desvanecía en medio de un "progresismo" que hablaba de identidades y derechos pero que los miraba con desprecio y vergüenza.

Se trata de un libro escandaloso, indecente, políticamente incorrecto y escrito genialmente por un tipo desagradable. Publicado en 1997 y olvidado hasta 20 años después, está dedicado "a todos los que viven entre Nueva York y Los Ángeles": trabajadores de cuello rojo por el sol (redneck), desempleados de la globalización, a quienes la élite llama "basura blanca" y trata "peor que a los negros".

Aquí un fragmento:

"Mientras que «basura blanca» puede describir un obstáculo económico o conductual, y donde «hillbilly» sugiere un hándicap geográfico, la palabra «redneck» implica, por encima de todo, un ánimo reaccionario. Aunque el término fuera inventado por gente de fuera para describir a donnadies blancos de clase baja que labran la tierra, la rígida e imperturbable obstinación rebelde de la palabra hace que sea el término abrazado con más frecuencia por los propios extraños a los que se hace referencia. Hasta el día de hoy, «redneck» connota desafío; estúpido o de otra clase. Un redneck, tal y como yo lo defino, es alguien que, a la vez, es consciente y se siente a gusto con el papel que le han designado de cretino cultural. Mientras los hillbillies y la basura blanca pueden actuar como idiotas porque no pueden evitarlo, un redneck lo hace para joderte. Un redneck es alguien que sabe que le odias y te lo restriega por la cara. Un hillbilly no sabe que es un payaso, y es feliz; un redneck sabe que es un villano, y le gusta".



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