El caprilismo

LA LEY Y EL ORDEN



Durante la ola de protestas que ha cruzado Estados Unidos en las últimas semanas Donald Trump ha utilizado reiteradamente en Twitter la frase "LAW AND ORDER!" (¡LEY Y ORDEN!). Así, con mayúsculas y exclamación. Allí se resume la manera en que este señor le sale al paso a la crisis que enfrenta actualmente, y es probable que, contra los pronósticos aparentes, resulte teniendo éxito.

Se trata de un viejo lema que recorre el espíritu y el sentido común de la cultura política de ese país. De hecho, fue uno de los eslogans de la campaña presidencial de Trump, quien a su vez lo tomó de las figuras que él ha usado como sus modelos ideológicos: Ronald Reagan y Richard Nixon. La frase invoca el deseo de la preservación de la nación norteamericana ante la amenaza del caos y la destrucción. Y ha sido una herramienta muy útil como propaganda política en distintos momentos históricos.

En los años 60, el movimiento afroamericano tomó una fuerza importante, se lograron grandes conquistas como la Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley de Derecho al Voto de 1965. Pero esto, como todo movimiento, tuvo reacciones. La élite política, sobre todo del Partido Republicano, transformó las revueltas y manifestaciones en un asunto de "orden público" para meter miedo a la población blanca, haciendo ver que existía una amenaza para ellos como mayoría y para la nación en sí. De esta manera Nixon ganó la presidencia, sobre un discurso que criticaba la "política suave" de su antecesor Lyndon Johnson en el manejo de la crisis de los derechos de  la población afro.

La ley y el orden es un discurso polarizador. Impone el "cumplimiento a la ley" y la "necesidad de mantener el orden", utilizando el miedo como recurso último. En la era Nixon (inmediatamente después del auge del movimiento afro), se popularizaron en el cine las películas de Clint Eastwood (Harry el sucio) y Charles Bronson, resaltando la necesidad de luchar contra el crimen generalizado. Y esa cultura se ha mantenido y ha sido popular incluso fuera de Estados Unidos.

Trump utilizará este episodio como un "asunto criminal" y resaltará el nacionalismo de la mayoría blanca de Estados Unidos. Controlando y desgastando el movimiento, llegará a noviembre y volverá a ganar la elección.

La posibilidad de un cambio implica la comprensión de esta lógica política.


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