El caprilismo

La causa palestina


Hoy, 22 de mayo, es el día mundial de Al Quds, fecha correspondiente al último viernes del mes de Ramadán en el calendario islámico y en el que  se conmemora y reivindica la lucha del pueblo palestino contra la ocupación militar israelí de la ciudad sagrada de Al Quds (Jerusalén). Anualmente se desarrollan en todo el mundo manifestaciones de solidaridad con la causa palestina, que van más allá de la defensa de Al Quds como capital de su país: se trata de apoyar el derecho de Palestina a existir como pueblo, territorio y estado soberano.

Entender la causa palestina requiere poner en claro que no se trata de una "lucha local" o de un "conflicto árabe-israelí", sino que estamos ante una historia de saqueo y opresión cuyo origen es el imperialismo capitalista, el mismo que saquea y oprime a pueblos en distintas latitudes. Por eso la causa palestina es la misma causa de los oprimidos del mundo. La historia respalda esta sentencia:

El 2 de noviembre de 1917, en plena Primera Guerra Mundial, el ministro británico de Exteriores, Arthur Balfour, envió una carta Lionel Walter Rothshild, miembro de la económicamente muy poderosa familia Rothshild y uno de los principales promotores del sionismo, en la que se establecía el compromiso del Gobierno Británico de apoyar la construcción de "un hogar nacional judío" en Palestina. Londres necesitaba el apoyo político y económico de la comunidad judía para ganar la guerra y derrotar al Imperio Otomano, que controlaba el territorio palestino.

Al terminar la guerra Reino Unido obtuvo la administración, entre otros, del territorio de Palestina arrebatado a los otomanos y facilitó en adelante la colonización judía y la expulsión del pueblo palestino de su tierra. Esta situación fue escalando y devino en el establecimiento del estado de Israel en 1948, lo que para los palestinos constituye la Nakba (el desastre) pues se intensificó el desplazamiento, genocidio y saqueo territorial que sufre este pueblo hasta nuestros días, en una sangrienta historia de resistencia ante un enemigo conformado y respaldado por los grandes poderes económicos y políticos del establishment occidental.

Los venezolanos, que sufrimos los embates del imperio, podemos identificarnos con la lucha de palestina, en la que un pueblo pacífico es víctima de un intento de aniquilación por causas infames de dinero y poder.


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