El caprilismo

Belleza y Revolución


Hace dos días se cumplieron 26 años de la muerte de Ludovico Silva. Filósofo y poeta venezolano, uno de los pensadores marxistas más importantes de América Latina, sostuvo un trabajo teórico que configuró una propuesta heterodoxa y original acerca del pensamiento de Carlos Marx y apuntó hacia la construcción de una teoría del socialismo. Trabajó con gran profundidad los conceptos de “ideología” y “alienación” en la obra de Marx, proponiendo una vuelta al planteamiento original del filósofo alemán en su método y en su teoría.

Insistió en que la ideología en Marx no debe entenderse sino como aquello que oculta la conciencia de la realidad social del hombre y sirve para justificar el orden material existente, es decir, el sistema capitalista. Este es el sentido estricto del concepto y no aquel que lo define como todas las representaciones o contenidos espirituales de una sociedad. La ideología solo está constituida por representaciones falsas, encubridoras de la explotación que sostiene al sistema. Tanto profundizó en el análisis, que elaboró el concepto de “plusvalía ideológica”, noción que rescata fragmentos olvidados de la teoría marxiana de la sociedad capitalista. Así como existe plusvalía material en el proceso económico, existe una plusvalía ideológica en el campo espiritual, que es aquel trabajo intelectual, psíquico, excedente que existe y funciona para justificar y reproducir el orden capitalista.

Pero además de ser filósofo de alto calibre, Ludovico se asumía como poeta, se veía a sí mismo como un literato metido al mundo de la filosofía. De hecho sus ensayos y artículos para la prensa abarcaron desde la crítica literaria hasta textos de análisis filosófico, pasando por el estudio continuado de la realidad política y social desde un punto de vista genuinamente marxista. Así, los temas culturales, la literatura y el arte en general, eran para Ludovico un espacio fundamental para la lucha antiideológica, y por lo tanto claves para la revolución socialista. Su libro Belleza y Revolución reúne ensayos literarios y ensayos filosóficos que, al leerse, ya sea de forma continua o en el orden que se prefiera, configuran un robusto cuerpo de ideas para la formación de cultura, entendida esta como conciencia revolucionaria de la realidad. Su lectura invita a cometer dos de los actos revolucionarios más radicales: a pensar y a leer, a investigar y a entender. Instiga a trabajar en función del desarrollo de aquella condición humana mucho tiempo oscurecida por el poder que se llama la “Voluntad de Saber”.

Ludovico murió el mismo día en que ganó las elecciones presidenciales Carlos Andrés Pérez, el 4 de diciembre de 1988. Como si cerrara su ciclo al mismo tiempo que comenzaba el final de la vieja Venezuela. Su frase: “Yo no quiero que me den un mundo hecho, yo necesito hacer el mundo”, quedó marcada como divisa de la potencia revolucionaria de nuestro pueblo. Se fue del mundo sin haberlo hecho, pero dejando un sólido andamiaje con herramientas para hacerlo. Listo para trabajar.

@ÁngelDanielCCS

Comentarios